No dar puntada sin hilo...
Esa es una expresión que siempre me ha llamado la atención. El sentido parece claro. Se refiere a alguien que nunca hace o dice nada sin la intención de sacar provecho. Pero nunca he tenido del todo claro si el que da la puntada es un vivales o un tío muy lúcido. Lo lógico sería pensar que las dos cosas.
Alguien que no ha dado una puntada sin hilo en toda su vida es José Mourinho, un espabilado y, en principio, inteligente portugués con residencia temporal en España. Todas los lágrimas, excusas, quejas, bravatas e inconveniencias expelidas por esa boquita de piñón han tenido siempre una segunda, e incluso tercera y puñetera intención.
Lo que no cuadra con la inteligencia del personaje... insisto, personaje, es su contumaz empeño en creer que al resto de los mortales nos falta un hervor. La inteligencia propia no es un valor comparativo. Uno no es más capaz cuánto más mendrugo es el otro.
Y sin embargo, The Special One, animado por la incondicional entrega de su masa de fervientes seguidores, insiste en menospreciar la capacidad intelectual del resto de la humanidad.
Casi tres meses después de no ganar el Balón de Oro como mejor entrenador de 2012, y casi tres meses después de que la niña de sus ojos no ganase el Balón de Oro como mejor jugador de 2012, The Only One decide aprovechar el parón liguero para refocilarse en su ciénaga particular, y creyendo que todos nos chupamos el dedo, hace ver que echa mierda sobre el mismo organismo que le consideró el mejor entrenador del mundo mundial en 2010 y que consideró al club que le paga como el mejor club del siglo XX.
Pero Mou no ensucia el buen o mal nombre que pueda tener la FIFA. Lo que José Mourinho pretende es, ante la que se avecina, liquidar un galardón que, ¡oh, Dios mío! podría recaer por quinta vez consecutiva en un Messi al que no afectan las campañas de imagen que se puedan orquestar en favor de Cristiano Ronaldo (otro portugués que pasa dificultades en España).
Un Messi con cinco Balones de Oro, y firme candidato a ganar el Mundial de 2014, sería mucho más de lo que podrían soportar los adoradores del clan portugués del Real Madrid.
Si además, Tito vuelve a tiempo para ganar en el año de su debut Liga y Champions, cabría la posibilidad de que, ¡maldición!, el Balón de Oro al mejor entrenador siguiese el camino que señaló el dedo del que no da puntada sin hilo.
¿Por qué llora entonces Mou?
Está claro. Hay que destruir el Balón de Oro... No da más que disgustos.
Hola,
ResponderEliminarMi nombre es Toni y gestiono una web de apuestas deportivas (www.doctorapuestas.com) y por ello me gustaría que intercambiáramos enlaces. Creo que el acuerdo puede ser beneficioso para ambos ya que tenemos temáticas relacionadas. También estoy interesado en enlaces en las entradas de la web, por si prefiere esta modalidad.
Si le interesa, mi dirección es administrador@doctorapuestas.com
Espero su respuesta y sobre todo que mi web sea de su gusto.
Atentamente,
Toni