viernes, 1 de marzo de 2013

Jugar con las cartas marcadas.

El antimadridismo, ese colectivo global que gracias a un entrenador portugués se multiplica día a día, se las prometía muy felices cuando antes del partido de vuelta de la Copa del Rey, la perspectiva de que el Real Madrid quedase fuera de las tres competiciones en apenas ocho días parecía más que tangible.

Después de eliminar al Barça en su propio estadio, cualquiera diría que las tornas han cambiado y que el equipo que aventaja al otro en 16 puntos en el campeonato de Liga es el Real Madrid.

De repente la Copa ya está ganada, la Décima al alcance y la Liga no es más que un estorbo en una temporada diseñada para conseguir otros objetivos.

De aquí al mes de mayo, pueden pasar muchas cosas. Está claro que si, que el Real Madrid puede ganar en Manchester y llegar a conseguir la Champions, barrer al Atlético en la final de Copa e incluso, ganar al Barça mañana, esperar que culés y colchoneros tengan una pájara descomunal y ganar la Liga con una remontada histórica.

Sin embargo, observando las reacciones de la prensa acólita, parece que a nadie se le pase por la cabeza la posibilidad de que el Barça pueda ganar mañana virtualmente la Liga en el Bernabéu, de que el Real Madrid caiga eliminado en Champions por el Manchester United e incluso ¿porqué no? por el propio F.C. Barcelona y de que el 18 de mayo, los aficionados del Atlético de Madrid celebren la consecución de la Copa del Rey en Neptuno.

Y eso sucede por la inveterada costumbre del entorno mediático madridista de jugar con las cartas marcadas.

Si mañana gana el Barça en el Bernabéu, será porque la Liga ya no cuenta y ganar a los "suplentes" del Madrid lo hace hasta la Ponferradina.

Si mañana gana el Real Madrid, la Liga estará viva, el Barça acabado y los próximos catorce balones de oro se tendrán que repartir entre Cristiano, Callejón y Arbeloa.

Pase lo que pase, gana el Real Madrid.

Tal vez sea así... pero si unos juegan con las cartas marcadas, otros aún creen en la justicia poética.

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